Tenía que decírtelo.

 " Ya están aquí para cubrir el expediente,
Los presidentes de la desesperación,
Ya están aquí, con el cuchillo entre los dientes,
Tenía que decírtelo."
                                              Quique González


Abril del año 2012 :
El viernes paseaba por el centro de Madrid. En la Puerta del Sol había unas quince furgonetas de policía antidisturbios. Sus ocupantes paseaban por la concurrida plaza. Me detuve dos minutos a charlar con unos conocidos. Me di la vuelta y observé a unos seis policías detrás de mi que se acercaban.

" - Buenas tardes. Me da su identificación.
- ¿ Y éso por qué ?
- Por nada en especial. Están ustedes en esta concentración.
- ¿ Qué concentración ? Yo sólo paseaba. Habíamos quedado con amigos. "


Sacaron sus libretitas y fueron anotando los datos. "Señor, tenga su carnet."


Junio del 2012 :

Llama el cartero a mi casa. Me entrega un certificado procedente de la Delegación de Gobierno de España. Parece ser que la identificación del mes de abril se convirtió en una multa de 300 euros. Alegan que yo concurría en una concentración no autorizada y que los agentes me advirtieron que si no me iba de las cercanías del intercambiador de la Puerta del Sol, me multarían.
Su palabra falsa contra mi persona.

Recurrí la multa varias veces. Todas las que me fue posible por ley. Yo soy persona de ley. De leyes justas. Y ya al fin de los recursos de alzada, según mi abogado, sólo podía optar por ir a juicio para intentar ganarlo. Y yo pensé en mi simpleza mental, en mi simpleza en material legal :
" Si voy a juicio según me dice el abogado debo pagar 200 euros de procurador y demás. Si lo pierdo perderé 300€ de la multa + 200€ de procurador + X de abogado + más tiempo . Y sólo tengo mi palabra contra la de los agentes. Pinta mal. Me planto."
Así decidí no ir a juicio y asumir la injusta multa. "En unos meses te llegará de nuevo la carta de pago", me aseguro el abogado.

Agosto del 2013:

Último certificado de la Delegación de Gobierno. Abro el sobre y busco la carta de pago. No estaba. Me detengo a leer los documentos, y ¡ sorpresa ! :
" ... no habiendo resultado destruida la presunción de inocencia que ampara al interesado ... procede a estimar el recurso planteado y revocar la resolución recurrida, por no ser conforme a derecho."

Mi intuición me salvó de un juicio y de una multa por haber quedado con unos amigos una tarde de abril cerca del Intercambiardor de Sol. Antes de quedar allí o en cualquier otra parte de su pueblo o ciudad, miren a su alrededor y se ven a los señores de azul, salgan por patas.
¡ Multan por nada !